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Importancia de la kinesiología en Adultos mayores

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Importancia de la kinesiología en Adultos mayores

Durante el envejecimiento, la capacidad de recuperación luego de una lesión y la capacidad de mantención del organismo se ven fuertemente enlentecidas y afectadas, modificando la vida diaria. Ejemplos de esto son la disminución de la masa muscular y su función (sarcopenia), disminución de la densidad ósea, desórdenes hormonales, hipertensión arterial, disminución de la capacidad aeróbica, alteración de la función cardiovascular y desánimo, entre otras. De aquí nace la Importancia de la kinesiología en Adultos mayores.

Cada década la fuerza de las piernas en estos pacientes disminuye de 10-15% hasta los 70 años y sobre los 70 años, disminuye desde un 25-40% *. Esto explica por qué las personas mayores se vuelven hipomóviles y temerosas, generando pérdida de autoconfianza y muchas veces dejando de caminar para evitar caídas. Estadísticamente, el 30% de los adultos mayores se cae alguna vez y en gran parte de estas caídas, se lesionan gravemente o se fracturan.

¿Por qué recalcar la Importancia de la kinesiología en Adultos mayores?

La kinesiología motora, aplicada como ejercicio físico aeróbico se vuelve un tratamiento complementario muy efectivo, que ayuda a mejorar la calidad de vida cuando se realiza a intensidad leve a moderada. Es importante saber que inicialmente, será necesario un tiempo de adecuación a la actividad física, mayormente en personas con el síndrome de inactividad prolongada, y que luego se alcanzará una sensación de mejoría en su estado anímico, seguridad y bienestar, todos aspectos muy positivos considerando que aproximadamente un 20% de los adultos mayores sufren depresión.

Es una realidad: los pacientes se ven favorecidos por el ejercicio, disminuyendo su presión arterial, reduciendo su colesterol total, aumentando la sensibilidad a la insulina, la producción de hueso y su dureza, y disminuyendo la sensación de ansiedad y depresión. Además, realizando un entrenamiento de fuerza, equilibrio y flexibilidad, he visto como disminuyen el temor a caer, logrando una marcha más segura y más estable, tolerando mejor las actividades de la vida diaria e impactando positivamente en su autovalencia.

Al comenzar un programa kinésico, siempre debemos considerar los objetivos del paciente y de su familia, postulando los beneficios alcanzables y así, armar un plan de tratamiento adecuado.

Escrito por: Javier Farizo G. Kinesiólogo.